miércoles, 2 de septiembre de 2015

AMISTAD

UN DIA EN LA MAÑANA CONOCISTE A UNA PERSONA CADA AMANECER EMANA SU AMOR DE PERSONA. CADA MAÑANA SIENTES SU PRESENCIA EN TI SIN QUE LA VIERA DE FRENTE EXISTE UNA SENSACION EN TI. ES ALGO MARAVILLOSO SENTIR EL PASADO HACER PRESENTE LO VALIOSO DE UN SER PASADO.

miércoles, 13 de abril de 2011

LA PAZ

- LA FUENTE DE PAZ

La naturaleza y la revelación a una dan testimonio del amor de Dios. Nuestro Padre celestial es la fuente de vida, sabiduría y gozo. Mira las maravillas y bellezas de la
naturaleza. Medita en su prodigiosa adaptación a las necesidades y a la felicidad, no solamente del hombre, sino de todas las criaturas vivientes. El sol y la lluvia que alegran
y refrescan la tierra; los montes, los mares y los valles, todo nos habla del amor del Creador. Dios es el que suple las necesidades de todas Sus criaturas diariamente. Ya el
salmista lo dijo en estas bellas palabras:

"Los ojos de todos esperan en Ti,
Y Tú les das su comida a su tiempo.
Abres Tu mano,
Y colmas de bendición a todo ser viviente."
Salmos 145:15, 16
Dios hizo al hombre perfectamente santo y feliz; y al salir de la mano del Creador, la hermosa tierra no tenía ni una mancha de decadencia, ni una sombra de maldición.
Fue la transgresión de la ley de Dios, la ley de amor, lo que trajo consigo dolor y muerte. Sin embargo, aún en medio del sufrimiento producido por el pecado se manifiesta el
amor de Dios. La Biblia nos dice que Dios maldijo la tierra por causa del hombre. Génesis 3:17. Los cardos y espinas, las dificultades y pruebas que hacen su vida de afán y cuidado, le fueron asignados para su bien, como parte de la preparación necesaria, según el plan de Dios, para levantarlo de la ruina y degradación que el pecado había causado. El mundo, aunque caído, no es todo sufrimiento y miseria. En la naturaleza misma hay mensajes de esperanza y consuelo. Hay flores en los cardos, y las espinas
están cubiertas de rosas.

"Dios es amor" está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que con sus alegres cantos llenan el aire de melodías, las flores exquisitamente matizadas queen su perfección perfuman el aire, los árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor, todos atestiguan el tierno y paternal cuidado de nuestro Padre celestial y Su deseo de hacer felices a Sus hijos.

La Palabra de Dios revela Su carácter. Él mismo ha manifestado Su amor infinito y piedad. Cuando Moisés dijo: "Te ruego que me muestres Tu gloria," Jehová
respondió: "Yo haré pasar todo Mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti." Éxodo 33:18, 19. Esta es Su gloria. El Señor pasó delante de Moisés y clamó: "¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado." Éxodo 34:6, 7. Él es "tardo en" enojarse "y de gran misericordia," "porque se deleita en la misericordia." Jonás 4:2; Miqueas 7:18.

Dios unió consigo nuestros corazones, con innumerables pruebas de amor en los cielos y en la tierra. Procuró revelársenos valiéndose de las cosas de la naturaleza y de los más profundos y tiernos lazos que el corazón humano pueda conocer. Sin embargo, estas cosas sólo representan imperfectamente Su amor. Aunque han sido dadas todas estas pruebas evidentes, el enemigo del bien cegó el entendimiento de los hombres, para que mirasen a Dios con temor y le considerasen severo e implacable. Satanás indujo a los hombres a concebir a Dios como un ser cuyo principal atributo es una justicia
inexorable, como un juez severo, un acreedor estricto y exigente. Representó al Creador como un ser que vela celosamente para discernir los errores y las faltas de los hombres a fin de ejecutar juicios sobre ellos. Por esto, Jesús vino a vivir entre los hombres para hacer desaparecer esta obscuridad y manifestar el amor infinito de Dios.

El Hijo de Dios descendió de los cielos para revelar al Padre. "A Dios nadie le ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer." Juan 1:18. "Y ninguno conoce perfectamente al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo resuelva revelarlo." Mateo 11:27. Cuando uno de los discípulos le dijo: "Muéstranos el Padre," Jesús respondió: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no Me has conocido, Felipe? El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre?" Juan 14:8, 9.

Relatando Su misión terrenal, Jesús dijo: Jehová "Me ungió para predicar el evangelio a los pobres. Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a proclamar liberación a los cautivos, y recuperación de la vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos." Lucas 4:18. Esta era Su obra. Anduyo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos de Satanás. Había aldeas enteras donde no se oía un gemido de dolor en casa alguna, porque Él había pasado por ellas y sanado a todos sus enfermos. Su obra demostraba Su unción divina. En cada acto de Su vida revelaba amor, misericordia y compasión. Su corazón rebosaba de tierna simpatía por los hijos de los hombres. Se revistió de la naturaleza del hombre para poder simpatizar con sus necesidades. Los más pobres y humildes no tenían temor de acercársele. Aún los niñitos se sentían atraídos hacia Él. Les gustaba subir a Sus rodillas y contemplar Su rostro pensativo que irradiaba benignidad y amor.

Jesús no suprimió una palabra de verdad, pero siempre la expresó con amor. Hablaba con el mayor tacto, cuidado y misericordiosa atención. Nunca fue áspero ni pronunció
innecesariamente una palabra severa, ni ocasionó a un alma sensible una pena innecesaria. No condenaba la debilidad humana. Decía la verdad, pero siempre con amor. Denunciaba la hipocresía, la incredulidad y la iniquidad; pero las lágrimas velaban Su voz cuando profería Sus fuertes reprensiones. Lloró por Jerusalén, la ciudad amada, que rehusó recibirle a Él, que era el Camino, la Verdad y la Vida. Sus habitantes habían rechazado al Salvador, pero Él los consideraba con mucha ternura. Su vida fue una vida de abnegación y solicitud por los demás. Toda alma era preciosa a Sus ojos. A la vez que se condujo siempre con dignidad divina, se inclinaba con la más tierna consideración sobre cada uno de los miembros de la familia de Dios. En todos los hombres veía almas caídas a quienes era Su misión salvar.

Tal es el carácter de Cristo según fue revelado en Su vida. Este es el carácter de Dios. Del corazón del Padre brotan para todos los hijos de los hombres los ríos de la compasión divina demostrada por Cristo. Jesús, el tierno y piadoso Salvador, era Dios "manifestado en came." 1 Timoteo 3:16.

Jesús vivió, sufrió y murió para redimirnos. Él se hizo "Varón de Dolores" para que nosotros fuésemos hechos participantes del gozo eterno. Dios permitió que Su Hijo, el amado, lleno de gracia y verdad, viniese de un mundo de indescriptible gloria a esta tierra corrompida y manchada por el pecado, obscurecida por las tinieblas de muerte y maldición. Permitió que dejase el seno de Su amor, la adoración de los ángeles, para sufrir vergüenza, insultos, humillación, odio y muerte. "El castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Sus llagas fuimos nosotros curados." Isaías 53:5. ¡Mírenlo en el desierto, en el Getsemaní, sobre la cruz! El Hijo inmaculado de Dios tomó sobre Sí la carga del pecado. Él, que había sido uno con Dios sintió en Su alma la separación horrible que el pecado crea entre Dios y el hombre. Esto arrancó de Sus labios el angustioso clamor: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" Mateo 27:46. Fue la carga del pecado, el reconocimiento de su terrible enormidad y de la separación que causa entre el
alma y Dios, lo que quebrantó el corazón del Hijo de Dios.

Pero este gran sacrificio no ocurrió para crear amor en el corazón de Dios Padre hacia nosotros, ni para que estuviese dispuesto a salvarnos. ¡No! ¡No! "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito." Juan 3:16. Si el Padre nos ama no es a causa de la gran propiciación, sino que Él dio la propiciación porque nos ama. Cristo fue el medio por el cual el Padre pudo derramar Su amor infinito sobre un mundo caído. "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo." 2 Corintios 5:19. Dios sufrió con Su Hijo. En la agonía del Getsemaní, en la muerte del Calvario, el corazón de Amor infinito pagó el precio de nuestra redención.

Jesús dijo: "Por eso Me ama el Padre, porque Yo pongo Mi vida, para volverla a tomar." Juan 10:17. Es decir: "De tal manera te ama Mi Padre, que Me ama tanto más a Mí, porque di Mi vida para redimirte. Porque Me hice tu Sustituto y Fianza, y porque entregué Mi vida y asumí tus responsabilidades y transgresiones, me He encariñado a Mi Padre; mediante Mi sacrificio, Dios puede ser justo, y sin embargo Él que justifica a aquél que cree en Jesús."

Nadie, pues, sino el Hijo de Dios podía efectuar nuestra redención; porque sólo Él, que estaba en el seno del Padre, podía darlo a conocer. Únicamente Él, que conocía la altura y profundidad del amor de Dios, podía manifestarlo. Nada que fuese inferior al sacrificio infinito hecho por Cristo en favor del hombre podía expresar el amor del Padre hacia la humanidad perdida.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito." Lo dio, no sólo para que viviese entre los hombres, para que llevase los pecados de ellos y muriese el sacrificio de ellos. Lo dio a la raza caída. Cristo debía identificarse con los intereses y las necesidades de la humanidad. ÉL, que era uno con Dios se unió con los hijos de los hombres mediante lazos que jamás serán quebrantados. Jesús "no se avergüenza de llamarlos hermanos." Hebreos 2:11. Él es nuestto Sacrificio, nuestro Abogado, nuestro Hermano, llevando nuestra forma humana delante del trono del Padre, y por las edades eternas uno con la raza a la cual redimió — el Hijo del hombre. Y todo esto para que el hombre fuese levantado de la ruina y degradación del pecado, para que reflejase el amor de Dios y compartiese el gozo de la santidad.

El precio de nuestra redención, el sacrificio infinito de nuestro Padre Celestial al entregar a Su Hijo para que muriese por nosotros, debe darnos un concepto elevadísimo de lo que podemos llegar a ser por intermedio de Cristo. Cuando el apóstol Juan consideró la "altura," la "profundidad" y la "anchura" del amor del Padre hacia la raza que perecía, se llenó de alabanzas y adoración, y sin encontrar lenguaje adecuado con qué expresar la grandeza y ternura de ese amor, exhorta al mundo a contemplarlo. "Mirad qué amor tan sublime nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios." 1 Juan 3:1. ¡Qué valioso hace esto al hombre! Por la transgresión, los hijos de los hombres son hechos siervos de Satanás. Por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo, los hijos de Adán pueden llegar a ser hijos de Dios. Al asumir la naturaleza humana, Cristo eleva a la humanidad. Al unirse con Cristo, los hombres caídos son colocados donde pueden llegar a ser, en verdad, dignos del título de "hijos de Dios."

Tal amor es incomparable. ¡Qué podamos ser hijos del Rey celestial! ¡Qué promesa tan preciosa! ¡Tema digno de la más profunda meditación! ¡El gran amor de Dios para la humanidad, que no le amaba! Este pensamiento ejerce un poder subyugador que somete el entendimiento a la voluntad de Dios. Cuanto más estudiemos el carácter divino a la luz de la cruz, mejor veremos la misericordia, la ternura y el perdón, unidos a la equidad y la justicia, y más claramente discerniremos las pruebas innumerables de un amor infinito y de una tierna piedad que sobrepasa la ardiente simpatía y los anhelosos sentimientos de la madre para con su hijo extraviado.

martes, 8 de febrero de 2011

UN CORAZON PARA EL AMOR

EL AMOR DEL CORAZONN
UN CORAZON

PARA EL AMOR

LA LUZ PARA ILUMINAR

SU CORAZON.

EL CENTRO DEL AMOR

ES SU ALMA

PARA QUE HAYA UN AMOR

NECESITA QUE LO AME.

martes, 18 de enero de 2011

ORACION POR LA FAMILIA PARA CRECER JUNTOS

Haz, Señor, que en nuestra casa, cuando se hable, siempre nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos; que nadie esté sólo, ni en la indiferencia o el aburrimiento; que los problemas de los otros no sean desconocidos o ignorados, que pueda entrar quien tiene necesidad y sea bienvenido. Señor, que en nuestra casa sea importante el trabajo, pero no más importante que la alegría; que la comida sea el momento de alegría y de conversación; que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo; que la riqueza mayor sea estar juntos.
Señor, que en nuestra casa el más débil sea el centro de la atención; que el más pequeño y el más viejo sean los más queridos; que el mañana no nos dé miedo, porque Dios siempre está cerca; que cada gesto esté lleno de significado; que te demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da.
Señor, que nuestra casa sea el lugar de acogida como la casa de Marta, María y Lázaro en Betania.

viernes, 14 de enero de 2011

ORACION POR LA FAMILIA

Oracion por la Familia (Madre Teresa)
Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine el amor, la paz y la alegría.
Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia.
Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa. Haz que nos amemos más y más unos a otros cada dia como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdónanos os mutuamente nuestras faltas como todos perdonas nuestros pecados.
Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Santos ángel es de la Guarda permaneced a nuestro lado, guiadnos y protegednos.
Amén.

miércoles, 12 de enero de 2011

EL PODER

El poder del ser humano viene de Dios, la inteligencia viene de Dios, la respiracion, la capacidad de pensar, todo lo que posee un hombre viene de Dios.

martes, 11 de enero de 2011

ORACION PARA VIVIR EN PAZ EN LA FAMILIA

Señor, Dios nuestro, tu nos haz elegido para ser santos y tus predilectos. Revistenos de sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura, de paciencia. Ayudanos a sobrellevar los unos a los otros cuando tenemos algun motivo de queja, lo mismo que tu, Señor, nos haz perdonado. Sobre todo, danos esa caridad, que es el vinculo de perfeccion, que la paz de Cristo brille en nuestros ecorazones. Esa paz que bebe reinar en la unidad de tu cuerpo místico. Que todo cuanto hagamos, en palabras o en obras, sean en nombre del Señor Jesus, por quien sean dadas gracais a tí, Dios Padre, y Señor Nuestro. Amén.